sábado, 3 de abril de 2010

Desempleo: de mal en peor

SUMAS & restas
Desempleo: de mal en peor
Edilberto Rodríguez Araújo - Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
Pese a las declaraciones triunfalistas de gremios empresariales y de funcionarios gubernamentales, en torno a la recuperación de la economía colombiana, aún es muy prematuro anunciar su reactivación. El mediocre desempeño de 2009, que se situó en 0,4 por ciento, fue inducido por la caída de sectores emblemáticos como la industria manufacturera, el comercio y el transporte, actividades que copan el 48 por ciento de la población ocupada.
Uno de los componentes de la economía agregada es la demanda final que tiene como una de sus fuentes el consumo de las familias, que, a duras penas, aumentó en 0,1 por ciento. La disminución del consumo de bienes y servicios se ve aguijoneada por el drástico deterioro del mercado laboral, con el consiguiente aumento de los niveles de desempleo y rebrote de la informalidad.
En el último reporte del Dane, correspondiente a febrero de este año, se observa que, en términos absolutos, en el mes pasado, 271.000 colombianos perdieron su empleo, y, lo que es más preocupante, el 49,2 por ciento de los 18,7 millones que están ocupados se encuentran insatisfechos, ya sea porque su actual puesto de trabajo no se corresponde con su formación profesional y competencias, la remuneración es inferior a sus expectativas o podrían laborar un mayor tiempo, a pesar del auge del trabajo temporal o a destajo, fenómeno que ha proliferado desde comienzos de la década, por obra y gracia de la flexibilización y tercerización laboral. Llama la atención el incremento de la población “inactiva” (cerca de 965.000 estudiantes, amas de casa, pensionados, rentistas, discapacitados, etc.), que actúa como un “termostato” donde se refugian las personas que no pudieron emplearse ante la incapacidad de la economía de absorberlos.
Siendo el desempleo una de las preocupaciones más agobiantes de las familias colombianas, no parece estar en los brumosos programas de los candidatos presidenciales, particularmente los herederos de la “(in)seguridad democrática”. Durante el actual gobierno, la política económica ha otorgado multimillonarios subsidios a las empresas que inviertan en capital fijo (equipo, maquinaria e instalaciones fabriles) y no en la creación de nuevas oportunidades de empleo. Por ello, las tecnologías intensivas en capital han desplazado la mano de obra, o, en el peor de los casos, han generado empleo de mala calidad y baja remuneración. De esto no se excluyen los esporádicos proyectos de autoempleabilidad, a través de los publicitados programas de emprendimiento, que no es otra cosa distinta a promover los llamados “trabajadores por cuenta propia” o independientes profesionales, en detrimento de los trabajadores asalariados.
Alberto Carrasquilla, ex ministro de Hacienda, sostiene que no es conveniente desmontar las exenciones y deducciones tributarias –remember zonas francas-; contrario a lo que plantean estudios recientes que han demostrado que la desgravación tributaria al capital no ha favorecido el crecimiento económico, ni la creación de empleo; por el contrario, ha fortalecido el modelo plutocrático colombiano.
OTROSÍ: Dentro de las 24 ciudades encuestadas por el Dane, Tunja ocupa un lugar intermedio. No obstante que los niveles de subempleo o “desempleo disfrazado”,no son tan dramáticos, la tasa de desempleo supera el promedio nacional, en el periodo de diciembre de 2009 y febrero de 2010: 15,3 frente al 13,8 por ciento.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

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