domingo, 27 de junio de 2010

Un incierto legado económico

SUMAS & restas
UN INCIERTO LEGADO ECONÓMICO
Edilberto Rodríguez Araújo – Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
Pese a que Juan Manuel Santos se ha proclamado heredero natural del Alvaro Uribe, el legado económico de este último, no puede enarbolarse como rutilantes éxitos, sino como incógnitas a despejar por parte del nuevo Gobierno, el que deberá conjurar los excesos de la “economía vudú” – recetario de fallidas fórmulas mágicas ensayadas hace treinta años por Ronald Reagan, de recorte de impuestos y aumento simultáneo del gasto militar- que practicó su antecesor, con la prédica de la “confianza inversionista” adobada con generosas exenciones tributarias y contratos de estabilidad jurídica, cuyo oneroso costo ha incidido en la persistencia de un abultado déficit fiscal.
El legado económico de los dos últimos cuatrienios no es plenamente satisfactorio. Los referentes lo constituyen las metas fijadas en los dos planes de desarrollo (“Hacia un Estado Comunitario”, 2002-2006, y “Estado Comunitario: Desarrollo para todos”, 2006-2010).
Si los resultados de crecimiento económico obtenidos en el primer tramo superaron las metas establecidas, situándose en un promedio de 4,4 por ciento, no ocurrió igual en el segundo periodo, en el que la meta propuesta de 5,0 por ciento no fue alcanzada, comoquiera que los guarismos observados, fluctuaron entre el 7,0 por ciento de 2006 y el 0,4 por ciento de 2009. Simultáneamente, se preveía –con la “vuvuzela” del masivo y bien lubricado programa asistencialista de “Familias en Acción”- reducir la pobreza a 39,2 por ciento para este año; sin embargo, el último reporte del Dane, la situaba en 2009 en 45,5 por ciento: alrededor de 20 millones de colombianos. Aún más, la indigencia o pobreza extrema se apostaba disminuirla a 8,0 por ciento, pero, contrario al optimismo gubernamental, este indicador social registró un preocupante nivel de 16,4 por ciento, lo que evidencia la inequidad existente. En los últimos dos años el PIB per cápita se contrajo, encontrándose que el nivel registrado el año pasado (2.997 dólares) es casi idéntico al de 2007: 2.985 dólares
Como si fuera poco, contrastan el desempeño del desempleo con las metas consignadas en el plan de desarrollo: El Gobierno Nacional pretendía abatir la desocupación hasta confinarla en un 8,8 por ciento finalizado este último cuatrienio; empero el deterioro del mercado laboral y la creciente informalización a que ha conducido la desaforada flexibilización, y la consiguiente tercerización, ha inducido una tasa de desempleo que bordea el 12 por ciento, por encima del promedio para América Latina: 8,1 por ciento. Los desempleados y subempleados son la mitad de los que se encuentran por debajo de la línea de pobreza en Colombia.
A pesar de la abrumadora popularidad que rodea al presidente saliente, subproducto de su relativamente exitosa estrategia de seguridad democrática, el mandatario entrante hereda una economía convaleciente, cuyo crecimiento en el 2010 se anticipa que será moderada, 3 por ciento, acompañada de una escasa oferta de empleo como lo refleja el comportamiento de la industria manufacturera y del comercio minorista en el corte del mes de abril, mostrando la paradoja de recuperación en la producción y en las ventas coexistiendo con una caída en el empleo generado.
OTROSÍ: ¡No ha y cama p’a tanta gente! A raíz del arrollador triunfo electoral de Santos en Boyacá, los camaleónicos exponentes de las distintas vertientes políticas que se adhirieron a su candidatura, se atropellan para reclamar participación burocrática en el nuevo Gobierno. Las presuntas identidades ideológicas se desvanecieron. Es la feria de puestos. Hoy solo existe el partido Ú(nico) de Gobierno. Es la nueva Arca de Noé.

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