viernes, 8 de enero de 2010

Desempleo a la carta

EL ÀBACO
Desempleo a la carta
Edilberto Rodríguez Araújo (Profesor de la Escuela de Economía de la UPTC)
Una de las prioridades del colombiano de a pie es contar con la oportunidad de poseer un empleo remunerado. La baja demanda de trabajo, particularmente en sectores intensivos en este factor productivo, se ha acentuado con la lenta recuperación de la economía, lo que, como en un “círculo vicioso”, ha deprimido el consumo de los colombianos, entorpeciendo las expectativas de una reversión de las tendencias recesivas de la economía, en la que los pronósticos más optimistas sitúan, para el 2010, un repunte del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,5 por ciento.
Paralelamente al aumento del número de desocupados –que a finales de 2009 fue de 13,7 por ciento- se ha elevado el número de subempleados, insatisfechos con las condiciones de contratación, que representa el 46,7 por ciento de las personas ocupadas, cifra de por sí reveladora de la calidad del empleo existente. En noviembre de 2009 la población desempleada se calculaba en 2.4 millones de personas, a lo que se agrega que los subempleados bordeaban los nueve millones. El principal factor explicativo del subempleo es la insatisfacción de los asalariados por la insuficiencia de los ingresos obtenidos.
El departamento de Boyacá no ha sido ajeno al declive en la generación de empleo. El último estimativo disponible, antes del estallido de la crisis económica, correspondiente a 2008, mostraba una expansión del enganche de mano de obra de 32.000 nuevos puestos de trabajo –subproducto del espectacular crecimiento económico de 2007: 9,74 por ciento, el mayor guarismo observado dentro de las economías departamentales colombianas -, malogrado por el cierre de empresas o reducción de la nómina de personal de las mismas.
El acelerado crecimiento de la economía boyacense en 2007 permitió un sensible descenso del desempleo y del subempleo, los cuales se situaron, en el 2008, en 7,0 –la más baja en el país- y 24,0 porciento, respectivamente, luego de tener registros, en el año anterior, de 9,6 y 40,0 por ciento. Ello significó 13.000 desempleados y 88.000 subempleados menos
Durante el trimestre septiembre-noviembre de 2009, Tunja evidenció alentadores indicadores del mercado laboral, ocupando el puesto 17 entre las 24 ciudades encuestadas por el Dane, para medir la dinámica de tan cambiante mercado. La tasa de desempleo fue similar a la observada en el contexto nacional (11,5 por ciento), distante de ciudades que exhibían un solo dígito de desocupación como Bucaramanga, San Andrés, Santa Marta y Villavicencio; sin embargo, - a juzgar por las cifras conocidas- el subempleo, “pariente” cercano de la informalidad prevaleciente en la economía urbana –comoquiera que ésta absorbe más de la mitad de los trabajadores y empleados permanentes o temporales ocupados en actividades como el comercio, hoteles y restaurantes, carentes de seguridad social-, mostraba un desempeño moderado, aparente evidencia de satisfacción de los trabajadores y empleados en torno a la cuantía de los ingresos percibidos, así como de las características del perfil y duración de la jornada laboral.
Punto final: En la hipotética distribución de curules de las próximas elecciones para el Congreso no hay certeza absoluta, pese a la hegemonía conservadora-liberal. En las elecciones del 2006 del potencial electoral de 785.300 votos, la abrumadora abstención (cerca del 52 por ciento), sólo permitió que los partidos y movimientos políticos se disputaran un poco más de 321.000 sufragios válidos. Si las huestes del Partido Verde logran movilizar a la mayoría de los 120.000 votantes que sufragaron, en el 2003, por el ex Gobernador Jorge Londoño, las posibilidades serán reales, inclusive sin el esquivo apoyo mediático de los tan publicitados “tres tenores”, quienes han invisibilizado su, aún en ciernes, campaña electoral. Como reza el refrán, “muchos serán los llamados y pocos los escogidos”.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

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