domingo, 19 de diciembre de 2010

El agujero negro de las regalías

SUMAS & restas
EL AGUJERO NEGRO DE LAS REGALÍAS
Edilberto Rodríguez Araújo – Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
El Gobierno Nacional está empeñado en reformar el sistema de distribución de las regalías. Estos recursos provienen de la producción y transporte de hidrocarburos y minerales. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) e Ingeominas recaudaron cerca de $ 34 billones en el periodo 2004-2010. El reparto de estas regalías se hace de manera directa, a departamentos –los mayores receptores- y municipios productores, y, de manera indirecta, a través del Departamento Nacional de Planeación (DNP), por intermedio del Fondo Nacional de Regalías. El año pasado el 25 por ciento de los recursos se canalizaron a través de este organismo: alrededor de un billón de pesos.
La trayectoria observada es errática, por ejemplo, en las rentas petroleras, las de mayor gravitación –comoquiera que en 2009 representaron el 68 por ciento, seguido del carbón con el 24 por ciento- tuvieron en 2009 un nivel similar al de 2004: un poco menos de $ 4 billones. A junio de 2010 la ANH había girado $ 3,3 billones.
La mayor preocupación del Gobierno Central es la concentración de estas rentas minero-energéticas en unos pocos departamentos: de los 18 departamentos productores siete acaparan el 60 por ciento (Arauca, Casanare, La Guajira, Huila, Meta, Santander y Tolima). En el caso del carbón de los 12 departamentos carboníferos tres –La Guajira, Cesar y Magdalena- fueron beneficiarios del 73 por ciento. No es irrelevante el hecho de que Ingeominas y el DNP administren el 25 por ciento de estas regalías. El primer bloque de departamentos albergaba el 15 por ciento de la población, en tanto que el segundo 6,4 por ciento. Este es el primer cuestionamiento que se formula: la excesiva concentración geográfica desencadenante de una inequidad geográfica subproducto de una desigual dotación de recursos naturales. El segundo cuestionamiento es la incidencia sobre la inequidad social, al sostenerse que el abundante flujo de recursos públicos no ha disminuido la brecha social, persistiendo la marginalidad, la pobreza y la exclusión. Un indicador ilustrativo es el Índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), que en 2008 se situó, en promedio para el país, en 27,78. Mientras para Arauca y Casanare era de 35,91 y 35,55, respectivamente, para el Meta y Santander se estimaba en 25,03 y 17,29. Ello revela que no es una evidencia concluyente. Quizá el cuestionamiento más severo –no obstante, que ello es extensivo a toda la contratación pública en que se comprometen, por ejemplo, los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) – es que el DNP reportado 21.000 irregularidades, dando pie a una abrumadora corrupción, ante una congénita incapacidad de rigurosa supervisión y vigilancia de los organismos de control.
El Gobierno está haciendo cuentas alegres. La producción es incierta y los precios internacionales son volátiles. La bonanza es un espejismo. El argumento de que la corrupción es una enfermedad endémica de las entidades territoriales es falso. Las finanzas nacionales son drenadas por contratistas inescrupulosos con cercanía al Gobierno.
El Fondo de Compensación Regional reemplazará al Fondo Nacional de Regalías y no mitigará la brecha regional si no se concerta su distribución y se preserva la omnipotencia centralista.
OTROSÍ: En 2009 Boyacá fue receptora del 0,5 por ciento de las regalías carboníferas, 80 por ciento de esmeraldas, 88 por ciento de de caliza, y 71 por ciento de hierro. En el periodo 2004-2010 se giraron $ 650.000 millones a la Gobernación de Boyacá y a los municipios productores. ¿En qué se gastaron?
Posdata: Una vez se inscriban los candidatos a la Rectoría de la UPTC, se iniciarán las consultas estamentarias. Desgraciadamente, estas no tienen un carácter vinculante. El designado no siempre es el que ha obtenido la mayor favorabilidad. ¡Esa es la democracia universitaria!

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