domingo, 19 de diciembre de 2010

Un simulacro más

SUMAS & restas
Un simulacro más
Edilberto Rodríguez Araújo (Profesor Titular de la UPTC)
Concluyó en la UPTC un ciclo electoral con resultados predecibles. El prefabricado libreto no fue alterado. Sus protagonistas hicieron apuestas con las cartas marcadas. El resto, la accidentada sesión del Consejo Superior, era sólo un mero trámite. Así se aseguraba el continuismo de la actual administración y se ungía a su heredero. Un presupuesto de $ 150.000 millones y una bolsa de más de 400 de supernumerarios y contratos a término fijo de una nómina de cerca de 1.000 trabajadores y empleados -a los que se añaden los contratados por las empresas de servicios temporales encargadas de los servicios generales-, son un apetecido botín.
La elección del Rector de la UPTC, cuyo periodo se inaugura el primero de enero de 2011 y se prolonga hasta el 2014, ha evidenciado no sólo la fragilidad de la democracia universitaria, prisionera de micropoderes externos, sino de procesos electorales contaminados por el más burdo clientelismo. Las consultas a los estamentos para escoger la lista de candidatos elegibles fue sólo una parodia de democracia participativa, sin ningún carácter vinculante. Como muestra un botón: el Rector electo sólo obtuvo el 16 por ciento de la favorabilidad entre los estudiantes presenciales –por efecto del abstencionismo sólo el 27,3 por ciento concurrió a esta consulta-, el 15,8 por ciento de los profesores, el 14,8 por ciento de los empleados y trabajadores, pero, logró el 41,5 por ciento de una indeterminada población de ex alumnos, resultante de una frenética parafernalia de “trasteo de electores”, reproduciendo las censurables prácticas de cualquier elección pueblerina. La “minoría hegemónica” no le imprime legitimidad a elecciones de esta naturaleza y pone en jaque la gobernabilidad institucional.
De otro lado, es preocupante, que la misma composición del Consejo Superior no garantiza una escogencia imparcial: la minoritaria presencia de los estamentos universitarios, pone en manos de los sectores extrauniversitarios la decisión final. La apabullante injerencia gubernamental, a través de sus tres representantes de nueve integrantes, “alinea” a la de los de egresados y empresarios, y así tiene una mayoría relativa, que valida el proceso pero no lo legitima. Por ello, el retiro de la sesión de los representantes de profesores, estudiantes y ex rectores, fue un gesto de dignidad ante la ausencia de garantías para una transparente deliberación guiada solamente por el propósito común del fortalecimiento de nuestra universidad pública regional y no las soterradas componendas parlamentarias, aguijoneadas por la generosa oferta de puestos y contratos. La esperada neutralidad del Ministerio de Educación se trastrocó en la subordinación de la orientación de la universidad pública a los mezquinos intereses de la voraz casta política regional. Como se ha constatado en los últimos años, la integración del Consejo Superior, no refleja el entramado universitario, puesto que existe un manifiesto desequilibrio que desvirtúa la democracia interna, afianzando un estilo de verticalidad autoritaria.
Por una vez más la Comunidad Universitaria participó en un simulacro de democracia participativa, en que predominó la apariencia pero no la esencia, lo formal pero no lo real. La tenaza de los micropoderes extrauniversitarios estrangulará los intentos de autonomía institucional. Es gobernar en cuerpo ajeno.
OTROSÍ: Los parlamentarios boyacenses en lugar de estar atentos al zarpazo de las regalías provenientes del petróleo, carbón, caliza, esmeraldas y mineral de hierro, que pretende dar el Gobierno Nacional, se dedicaron a jugar póker con la elección de Rector de la UPTC.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

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