domingo, 19 de diciembre de 2010

El Gobierno va bien, el país va mal...

SUMAS & restas
El Gobierno va bien, el país va mal…
Edilberto Rodríguez Araújo – Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
Concluido el periodo de gracia del actual Gobierno, comienzan los afanes para no defraudar a un país atrapado por el “embrujo santista”. La prueba de fuego es el comportamiento de la economía y la percepción de los colombianos. La última encuesta realizada por la firma Gallup a 1.200 entrevistados residentes en las cinco principales ciudades capitales, muestra la bipolaridad anímica de nuestros conciudadanos, en un país literalmente bajo el agua.
Entre octubre y diciembre de este año se dio un vuelco radical en la opinión ciudadana. Mientras en octubre el 46 por ciento de los encuestados declaró que la economía mejoraba, en diciembre esta proporción cayó a 37 por ciento. En el entretanto el nivel de desaprobación fue mayor: se elevó en 14 puntos. Contrasta lo anterior con lo referente al desempleo: el optimismo saltó del 20 al 30 por ciento de los entrevistados, lo que no logró contrarrestar que aumentara el grado de rechazo del manejo presidencial en esta área en tres puntos. Sin embargo, como los menguados ingresos son insuficientes, y, aún más, con el irrisorio incremento salarial para el año entrante, quienes declararon que la carestía ha rebrotado, y, por lo tanto ha empeorado su situación , pasó de 57 a 68 por ciento. Pero, paradójicamente, la percepción de que la lucha contra la pobreza, ha mejorado ascendió de 45 a 48 por ciento en los últimos tres meses. Como los contrastes son el denominador común, el nivel de aceptación en este ámbito, durante este corto intervalo presidencial, cayó siete puntos.
Los contradictorios síntomas de la economía han conducido a una caída de la favorabilidad del Presidente Santos, la cual se contrajo de 76 a 72 por ciento, siendo un buen guarismo si se compara con sus antecesores, cuya popularidad sucumbió ante los escándalos de corrupción y procesos de paz fallidos, salvo el pugnaz propietario de El Ubérrimo, quien, continúa con un incombustible teflón.
Pese a que las encuestas de opinión en la pasada contienda electoral fueron objeto de un meticuloso escrutinio, sus resultados hay que relativizarlos, pues son percepciones muy volubles que pueden verse alteradas por episodios económicos, políticos y sociales, pudiendo tener una resonancia mediática carente de neutralidad. El desastre invernal genera pesimismo y desesperanza con gobiernos indolentes (nacional y local) con un retórico discurso ambiental, pero con escasas o nulas acciones preventivas origen de un estado de emergencia permanente, en que los principales damnificados son los más de veinte millones de colombianos en condiciones de irredimible pobreza. Ante los incalculables costos humanos y materiales, las campañas humanitarias emprendidas por los medios de comunicación son tan sólo un paliativo; su principal valor es haber desatado la solidaridad en una sociedad aturdida por tantos conflictos de tan diversa intensidad.
OTROSÍ: Ante los cuestionamientos que se le han hecho a las corporaciones ambientales, ¿cuál ha sido la responsabilidad de Corpoboyacá, Corpochivor, y la CAR?
A mis fieles lectores UN PRÓSPERO AÑO 2011.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

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