domingo, 19 de diciembre de 2010

Plan de desarrollo: pensando con el deseo

SUMAS & restas
Plan de desarrollo: pensando con el deseo
Edilberto Rodríguez Araújo - Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
El Gobierno Nacional anunció la “hoja de ruta” del plan cuatrienal de desarrollo cuyo nombre tiene un raro tufillo asociado a su antecesor: “Prosperidad democrática para todos”; el anterior se denominaba “Estado Comunitario: desarrollo para todos”. En el nuevo plan, aparte de las cinco “locomotoras” que jalonarán el crecimiento en los próximos cuatro años, se fijaron unas ambiciosas metas que tendrán que pasar por el filtro de la escueta realidad colombiana.
La jefatura del Departamento Nacional de Planeación (DNP) ha puesto en el horizonte del año 2014 una meta de crecimiento económico de 6,2 por ciento, una tasa de desempleo de un dígito (9 por ciento), la reducción de la pobreza en 2,5 millones de colombianos y un ingreso promedio de 7.200 dólares, siendo propósitos encomiables, que involucrarán una inversión pública de $ 485 billones –proviniendo el 58 por ciento del presupuesto nacional-, para que, realmente, la escurridiza prosperidad irrigue el tejido social del país. Sin embargo, sobra optimismo y falta realismo, a juzgar por los resultados que arrojó la ejecución del plan anterior, que propuso una meta de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), al finalizar el gobierno uribista de 5 por ciento y sólo logró un guarismo de 4,3 por ciento, derivado del mediocre desempeño de la economía el año pasado: 0,8 por ciento. Asimismo pretendió abatir la desocupación a un nivel de 8,8 por ciento y el deterioro del mercado laboral lo ha confinado a un 12 por ciento. Para rematar, buscó reducir la línea de pobreza a 39,6 por ciento y la brecha persiste tercamente en 45,5 por ciento.
Contraer la dramática pobreza que agobia a, alrededor, de 20 millones de colombianos que malviven con cerca de medio salario mínimo en los niveles planteados por el DNP es insistir en la incumplida meta del pasado Gobierno. Simultáneamente, alcanzar un ingreso por habitante de 7.200 dólares es caer en la trampa del voluntarista “realismo macondiano” de que está imbuido el Gobierno Santista, puesto que el nivel registrado el año pasado apenas bordea los 3.000 dólares.
No obstante que el Gobierno no ha vuelto a reiterar su pretensión de crear, durante este periodo presidencial, 2,5 millones de empleos, es pertinente subrayar que en los ocho años del propietario de “El Ubérrimo” sólo se crearon 2,8 millones de nuevas plazas de trabajo, en tanto que el subempleo se incrementó en 464.000 personas.
Pese a que la imagen del Presidente Santos, según la última encuesta de opinión de Napoleón Franco se encumbró al 73 por ciento; tal como ocurrió con su locuaz predecesor, los problemas económicos y sociales que más gravitan en la cotidianidad del colombiano de a pie son el crecimiento económico y el desempleo, ámbito en que el nuevo inquilino del Palacio de Nariño, obtuvo una desaprobación del 39 y del 56 por ciento, respectivamente.
OTROSÍ: Llama la atención que el Alcalde de Tunja haya sido designado nuevo integrante del Consejo Nacional de Planeación (CNP),-instancia responsable del análisis y desde allí formular recomendaciones sobre el Plan Nacional de Desarrollo-, cuando en la última encuesta de favorabilidad entre los alcaldes de las ciudades capitales ocupó el último lugar. La parafernalia mediática con la que celebró el mandatario local su designación no puede ocultar su pésima gestión la que ha desatado la justificada protesta ciudadana.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

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