sábado, 17 de abril de 2010

Tunja: ¿una ciudad cara?

EL ÁBACO
Tunja: ¿una ciudad cara?
Edilberto Rodríguez Araújo - Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
Uno de los factores responsables del mediocre desempeño de la economía colombiana en el 2009(0,4 por ciento) fue la caída de la demanda interna, particularmente el consumo de los hogares, acentuado por el desempleo registrado en el último trimestre el cual bordea el 14 por ciento.
De allí que, en esa perspectiva, la reducción de la inflación en marzo, la que se situó en 0,25 por ciento para un acumulado en lo corrido del año del 1,78 por ciento –engulléndose la mitad del pírrico incremento del salario mínimo-, no es el resultado de un control estricto sobre el nivel de precios de los bienes y servicios que componen la canasta familiar sino de la deprimida capacidad de compra de los colombianos –especialmente de trabajadores y empleados-, que ni siquiera se ha reanimado con el señuelo de “consuma ahora y pague después” de las tarjetas de crédito.
Como era de esperarse, por la incidencia de los fenómenos climáticos en que se han alternado sequía con lluvias torrenciales, la escasa oferta de alimentos tienen una gravitación determinante en el encarecimiento de la canasta familiar, ya que junto a la vivienda representa alrededor del 60 por ciento de dicha canasta.
Llama la atención que en la medición del comportamiento de precios de marzo, Tunja ocupe el nada irrelevante tercer lugar, después de Cúcuta y San Andrés, con una tasa de inflación de 0,47 por ciento, 22 puntos por encima del nivel nacional. La ciudad fue la segunda localidad con los alimentos más caros del país, doblando el nivel observado para el resto del país, lo que se evidencia, pese a la aparición en los últimos años de canales alternativos de distribución de los productos agrícolas distintos a las plazas de mercado que no logran contrarrestar los elevados precios de legumbres, hortalizas y frutas que mercadean las llamadas grandes superficies de los supermercados, como lo pueden constatar los consumidores, de a pie, que semanalmente ven disminuida su capacidad adquisitiva. La variación porcentual acumulada del primer trimestre de 2009 en Tunja supera el agregado del país: 1,92 frente a 1,78 por ciento.
Resulta preocupante que en los principales grupos que integran la canasta familiar, tales como alimentos, vestuario, salud, diversión y transporte, entre otros, Tunja se encuentre entre las diez ciudades en que la tendencia alcista de precios es incontenible.
PUNTO APARTE: Dentro de las 24 ciudades encuestadas por el Dane para medir el mercado laboral, Tunja ocupa un lugar intermedio. No obstante que los niveles de subempleo o “desempleo disfrazado”, no son tan dramáticos, la tasa de desempleo supera el promedio nacional, en el periodo de diciembre de 2009 y febrero de 2010: 15,3 frente al 13,8 por ciento. Surge la pregunta obligada: ¿Cuáles programas de estímulo a la generación de empleo están desplegando los gremios y la Alcaldía?
PUNTO FINAL: En la audiencia pública de rendición de cuentas realizada por la Gobernación, en que se recurrió a toda la pirotecnia estadística, ante la ausencia de indicadores de seguimiento del plan de desarrollo, al analizar la baja en los recaudos por el impuesto al cigarrillo el documento lo explica simplistamente atribuyéndoselo a que el Gobierno Nacional “no permitió fumar en recintos cerrados”. Asimismo, la caída de los ingresos provenientes de las regalías y del consumo de licor, se la endilga a la “crisis económica a nivel mundial”. ¡Eureka! ¡Qué genialidad!
http://palimpsesto21.blogspot.com/

La reforma al financiamiento de las universidades: ¿un paliativo?

SUMAS & restas
Reforma al financiamiento de las universidades: ¿un paliativo?
Edilberto Rodríguez Araújo - Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
El 12 de abril la Ministra de Educación, Cecilia María Vélez, radicó en el Senado el proyecto de ley que reforma, parcialmente, la Ley 30 de 1992. El foco de la reforma es el financiamiento de las 32 universidades públicas, consignado en los artículos 86 y 87, y con el cual se aspira a incrementar los giros de $2 a $6 billones entre 2011 y 2019 (el presupuesto de defensa y policía, $ 23 billones, sobrepasa al de educación: $ 20 billones). Este proyecto, según Ascun, la asociación que agrupa a 82 universidades colombiana, presuntamente, fue concertado con los rectores del Sistema Universitario Estatal (SUE).
De los nueve artículos propuestos, tres son los que inciden en las sostenibilidad financiera. Si se parte de la premisa que desde la expedición de la ley la cobertura se ha expandido exponencialmente (entre 2002 y 2009 fue de 112 por ciento), mientras que los recursos transferidos lo hicieron de manera inercial (61 por ciento), lo que ha forzado a elevar el autofinanciamiento a través del cobro de matrículas. Resulta ilustrativo de la inequidad que si el aporte por estudiante de la Nación a la UPTC en 1993 fue de 6,5 millones en 2008 haya sido de $ 3,7 millones. El Ministerio de Educación (MEN) desistió desmontar el artículo 86, que prevé la asignación de aportes incrementales –en pesos constantes, según el IPC-a estas instituciones, preservando el esquema anterior. Lo novedoso de este proyecto es que modifica el artículo 87, que suponía una “bolsa concursable” repartida por el MEN –que se convierte en un todopoderoso asignador de recursos-, reemplazándola por recursos adicionales que dependerían del desempeño de la economía colombiana: a mayor crecimiento del PIB mayores recursos, que cubre un rango del 30 a 50 por ciento. Además se adicionarían otras partidas, que estarían condicionadas a indicadores como ampliación de cobertura con calidad –que saltaría de 35 a 50 por ciento-, cualificación docente, productividad académica y proyectos institucionales de investigación e innovación.
Simultáneo a lo anterior, el proyecto deroga el descuento del 2 por ciento de los aportes estatales y que se transfería al Icfes, que en la UPTC el año pasado fue de $ 1.683 millones. Dentro de la poda que se le hizo al articulado de la propuesta inicial se encuentra el intento –dentro de la pretensión gubernamental de promover la educación técnica y tecnológica a expensas de la formación universitaria- de equiparar al Sena con las demás instituciones educativas.
La aparente unanimidad de esta reforma fue rota por la posición asumida por el rector de la Universidad Nacional, Moisés Wasserman, para quien el proyecto de ley “no resuelve el problema estructural de financiamiento de la educación superior”. La estructura de costos está rezagada de los restringidos ingresos, lo que ha derivado en un modelo de creciente autofinanciamiento y subsidio a la demanda, vía créditos educativos del Icetex y de instituciones bancarias, que no se compensa con el Fondo de permanencia estudiantil, que buscaría contrarrestar la deserción la cual supera el 45 por ciento.
OTROSÍ: La Secretaria de Desarrollo Humano de la Gobernación afirma que no es cierto que el cumplimiento del programa de Desarrollo Humano en el periodo 2008-2009, sea del 14,7 por ciento. Estamos de acuerdo. Hubo un gazapo estadístico. Este fue menor. El cumplimiento acumulado fue tan solo de 6,5 por ciento (página 174 del Balance de Gestión). El referente es el plan de cuatrienal de inversiones consolidado no el POAI.
POSDATA: Hay que desuribizar la campaña presidencial. A pesar de la neurósis furibista es inatajable la ola verde. Los $ 22.000 millones malgastados en los 305 consejos comunales no pueden desvirtuar –como lo revelan las encuestas- que la esperanza vencerá al miedo.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

sábado, 3 de abril de 2010

Desempleo: de mal en peor

SUMAS & restas
Desempleo: de mal en peor
Edilberto Rodríguez Araújo - Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
Pese a las declaraciones triunfalistas de gremios empresariales y de funcionarios gubernamentales, en torno a la recuperación de la economía colombiana, aún es muy prematuro anunciar su reactivación. El mediocre desempeño de 2009, que se situó en 0,4 por ciento, fue inducido por la caída de sectores emblemáticos como la industria manufacturera, el comercio y el transporte, actividades que copan el 48 por ciento de la población ocupada.
Uno de los componentes de la economía agregada es la demanda final que tiene como una de sus fuentes el consumo de las familias, que, a duras penas, aumentó en 0,1 por ciento. La disminución del consumo de bienes y servicios se ve aguijoneada por el drástico deterioro del mercado laboral, con el consiguiente aumento de los niveles de desempleo y rebrote de la informalidad.
En el último reporte del Dane, correspondiente a febrero de este año, se observa que, en términos absolutos, en el mes pasado, 271.000 colombianos perdieron su empleo, y, lo que es más preocupante, el 49,2 por ciento de los 18,7 millones que están ocupados se encuentran insatisfechos, ya sea porque su actual puesto de trabajo no se corresponde con su formación profesional y competencias, la remuneración es inferior a sus expectativas o podrían laborar un mayor tiempo, a pesar del auge del trabajo temporal o a destajo, fenómeno que ha proliferado desde comienzos de la década, por obra y gracia de la flexibilización y tercerización laboral. Llama la atención el incremento de la población “inactiva” (cerca de 965.000 estudiantes, amas de casa, pensionados, rentistas, discapacitados, etc.), que actúa como un “termostato” donde se refugian las personas que no pudieron emplearse ante la incapacidad de la economía de absorberlos.
Siendo el desempleo una de las preocupaciones más agobiantes de las familias colombianas, no parece estar en los brumosos programas de los candidatos presidenciales, particularmente los herederos de la “(in)seguridad democrática”. Durante el actual gobierno, la política económica ha otorgado multimillonarios subsidios a las empresas que inviertan en capital fijo (equipo, maquinaria e instalaciones fabriles) y no en la creación de nuevas oportunidades de empleo. Por ello, las tecnologías intensivas en capital han desplazado la mano de obra, o, en el peor de los casos, han generado empleo de mala calidad y baja remuneración. De esto no se excluyen los esporádicos proyectos de autoempleabilidad, a través de los publicitados programas de emprendimiento, que no es otra cosa distinta a promover los llamados “trabajadores por cuenta propia” o independientes profesionales, en detrimento de los trabajadores asalariados.
Alberto Carrasquilla, ex ministro de Hacienda, sostiene que no es conveniente desmontar las exenciones y deducciones tributarias –remember zonas francas-; contrario a lo que plantean estudios recientes que han demostrado que la desgravación tributaria al capital no ha favorecido el crecimiento económico, ni la creación de empleo; por el contrario, ha fortalecido el modelo plutocrático colombiano.
OTROSÍ: Dentro de las 24 ciudades encuestadas por el Dane, Tunja ocupa un lugar intermedio. No obstante que los niveles de subempleo o “desempleo disfrazado”,no son tan dramáticos, la tasa de desempleo supera el promedio nacional, en el periodo de diciembre de 2009 y febrero de 2010: 15,3 frente al 13,8 por ciento.
http://palimpsesto21.blogspot.com/

El triunfalismo gremial

EL ÁBACO
Triunfalismo gremial
Edilberto Rodríguez Araújo - Director del Centro de Estudios Económicos (CENES) de la UPTC
Recientemente el presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi) anunció que la recesión económica había llegado a su fin. La fuente de su inocultable euforia fue el aparente buen comportamiento del sector industrial. En este país de bipolaridad anímica el optimismo desbordante de ciertos dirigentes empresariales no es ajeno a la coyuntura política, ni desconocidas sus afinidades con el gobierno de turno; pues ellos son “gobiernistas” cualquiera sea el gobernante. Ese parece ser el caso del máximo jerarca de la poderosa agremiación. Divulgada la cifra de un modesto crecimiento del PIB de 0,4 por ciento, el optimismo gremial es desvirtuado ya que fue la industria manufacturera el sector con el peor desempeño: -6,3 por ciento.
Según la Andi en el mes de enero de este año se revirtió la tendencia declinante de la industria manufacturera la que creció en 5,1 por ciento, en tanto que las ventas hacia el mercado interno se elevaron en 5,5 por ciento. En contravía de este estimativo, el Dane reportó un aumento de la producción industrial en enero de 1,6 por ciento y de las ventas de 2,7 por ciento, evidenciándose una brecha notoria. La posible explicación es que el número de establecimientos incluidos en uno y otro caso son diferentes: el Dane dobla, aproximadamente, en el número de encuestados a la Andi, que entrevista alrededor de 800 empresas.
Es sintomático de que los coletazos de la recesión no han desaparecido como lo evidencia el hecho de que el empleo industrial sigue aletargado: cayó en - 5,0 por ciento. Es decir, la producción repuntó como resultado de un mayor aprovechamiento de la capacidad instalada - ante la ampliación de la demanda de fin de año- que no requirió contratación de mano de obra adicional, usualmente, a término fijo o temporal.
PUNTO APARTE: El Gobierno departamental se encuentra en la mitad de su periodo. Mañana presentará su balance de gestión. En el profuso, difuso y confuso documento que resume sus logros están ausentes indicadores de resultado o de producto que revelen si se han cumplido las metas de sus programas y proyectos. Uno de los referentes para medir los aciertos de la Administración departamental es el plan de inversión contenido en el plan de desarrollo.
La inversión prevista en el plan de desarrollo “¡Para seguir creciendo! 2007-2012” se sitúa en $ 2,7 billones, habiéndose alcanzado, en el acumulado del periodo 2008-2009, un grado de cumplimiento del 55,9 por ciento ($ 1,4 billones), nivel que, indudablemente, podría catalogarse de satisfactorio. Empero, si se analiza la composición de dicha inversión, a pesar de que al gasto social –que depende, abrumadoramente, de los giros de la Nación- se ha destinado el 84 por ciento, es junto a otro pivote del plan, el desarrollo económico, que canalizó el 2,7 por ciento, los que exhiben un menor nivel de cumplimiento: 52,6 y 51,8 por ciento, respectivamente, lo que contrasta con el alcanzado por la infraestructura vial (79,7 por ciento) y Buen Gobierno (223,4 por ciento). En este último componente se destaca, curiosamente, “Defensa y seguridad democrática” que remontó en 301,6 por ciento lo proyectado para el cuatrienio. Contrariamente, el programa de “Desarrollo Humano”, punta de lanza del desarrollo social, tuvo un exiguo cumplimiento de 6,5 por ciento. A juzgar por esto, el monótono discurso guerrerista contagió al Gobierno departamental.
PUNTO FINAL: En la encuesta Gallup, contratada por la prensa nacional y regional, sobre la intención de voto de los colombianos, sorprende que de los 1.200 entrevistados en las 51 ciudades, se hayan incluido a Tunja y a…Ramiriquí. Los resultados son sorprendentes porque, parecería, que la prefabricada opinión pública favoreciera a los descoloridos herederos ideológicos (Santos y Noemí) del mesiánico propietario de El Ubérrimo, quien quiere seguir gobernando en cuerpo ajeno. Los candidatos renovadores (Mockus, Fajardo, Petro y, parcialmente, Pardo)) son vistos como románticos soñadores que desvelan a los micropoderes clientelistas. La “democracia mediática” no podrá apabullar la “democracia real”.